Que el mundo laboral es cada día más competitivo, es algo que no se puede negar desde ningún punto de vista. De ahí la importancia que tiene que un trabajador, en la inmensa mayoría de las ocasiones, por su propia cuenta, trate por todos los medios posibles potenciar algunas de sus cualidades.
Unas cualidades como las que se van a enumerar a continuación y que, en base a diferentes estudios que se han llevado a cabo en distintos sectores del tejido empresarial, son las que más valoran los responsables de muchas empresas.
¿En qué aspectos debemos enfocarnos?
Como hemos mencionado, en estas líneas vamos a enfocarnos en cinco aspectos que son claves no solo para mejorar nuestra situación actual sino para poder tener una mayor cantidad de recursos en el futuro.
Capacidad de adaptación
La capacidad de adaptación a las nuevas situaciones debería ser una de nuestras señas de identidad. No debería importarnos si las tareas que tenemos que realizar en un momento determinado son para nosotros algo conocido. No solo deberíamos ser capaces de asumirlas sino de hacer todo lo posible para suplir esa falta de conocimiento.
Muy pocas empresas, sobre todo las más pequeñas, tienen empleados para un único cometido. De hecho cuanto más grande sea el espectro que pueden abarcar mucho mejor para ambas partes. Por todo ello, la capacidad de buscar información, acceder a documentación y, posteriormente, aplicarla de un modo práctico, es una cualidad que cada día se valora más. Deja atrás los posibles reparos que puedas tener, en muchos casos miedos por falta de confianza, ya que en muchos casos no harán otra cosa que cerrarte puertas dentro de la empresa a la que perteneces.
Visión de futuro
Actualmente es muy complicado permanecer en un mismo puesto durante mucho tiempo. Eso sin contar con el hecho de que cada vez es más complicado estar en la misma empresa durante muchos años. Por ello, una cualidad que tenemos que potenciar no es otra que la de tener visión de futuro.
Con esto lo que queremos decir es que cualquier momento es bueno para continuar tu formación. Una formación, eso sí, que tendrá que estar ligada a tu actual rol dentro de la empresa en la que te encuentres. Estos nuevos conocimientos, los cuales, por cierto, siempre tienen que estar a la vanguardia, te permitirán detectar posibles deficiencias en tu puesto de trabajo y cómo resolverlas en base a los nuevos paradigmas existentes.
Formación en idiomas
Ni que decir tiene que uno de mayores lastres que tiene un trabajador es el de los idiomas. Sabemos que puede parecer un tema muy recurrente pero es una realidad palpable. Y no estamos hablando de algunos idiomas muy concretos como el francés, el alemán o incluso el chino. Nos estamos refiriendo a que son muchas las personas las que ni siquiera saben inglés.
Si bien es cierto que en algunos sectores muy concretos, el hecho de conocer varios idiomas puede no aportar todo lo que cabría esperar, no es menos cierto que en esta sociedad globalizada en la que vivimos, son muchas las compañías las que tienen a hacerse con empleados que maneen varias lenguas. Hoy en día, sobre todo con la llegada de internet, los máximos responsables de una empresa no saben de qué parte del planeta va a llegar un cliente.
Esto nos tiene que hacer plantearnos la situación actual y no dudar ni un solo instante en invertir en formación. Además se da el caso de que muchas empresas facilitan este aspecto. De todos modos, de no ser así, siempre hay alternativas que no implican unas grandes demandas de tiempo y de dinero.
Capacidad de trabajo en equipo
Esta cualidad es una de esas que desde que se llega a una empresa hay que tratar por todos los medios posibles de potenciar. Y es que el trabajo en equipo en lo que en muchas ocasiones diferencia a un buen profesional de un profesional mediocre.
Cierto es que empleados con una gran formación pueden desarrollar y llevar a cabo tareas muy satisfactorias para el empresa. De eso no hay duda. Sin embargo, puede darse el caso, y de hecho se da con más frecuencia de la que cabría esperar, de que esos mismos empleados no tengan la capacidad de colaborar con otras personas. Esto es inadmisible en un mundo globalizado como el que tenemos en nuestra sociedad.
No solo hay que ser capaces de colaborar con otras personas de nuestro entorno sino con personas que no tienen por qué estar en nuestras instalaciones. Además, esa colaboración no solo implica distribuir una serie de tareas para llevarlas a cabo. Se trata de poder comunicarse con fluidez, de poder poner en común los conocimientos que uno tiene, de negociar y de escuchar. Solo con estas cualidades un empleado puede ser una pieza imprescindible dentro de un proyecto.
Plena autonomía
Si hay algo que deberíamos potenciar desde el mismo momento en el que llegamos a un puesto de trabajo, sea este el que sea, es el hecho de ser lo más autónomo posible. Ten en cuenta que nuestro responsable no siempre va a disponer de tiempo para supervisar tus acciones. Es por ello por lo que, con el paso del tiempo, tienes que ser capaz de asumir tus tareas de una manera natural.
Esto no solo te va a permitir explorar nuevas funciones dentro de tu rol sino que al mismo tiempo hará que tus responsables directos tengan una mayor confianza en ti. ¿O es que hay algo mejor que un empleado que sabe en todo momento cuál es su cometido y cómo desarrollarlo con éxito?
Todas estas cualidades que hemos mencionado pueden ser trabajadas de manera persona aunque, afortunadamente, muchas de ellas, y otras tantas que no hemos mencionado, pueden ser desarrolladas con ayuda de profesionales. De lo que se trata, al fin y al cabo, es de poder ser, cada día, empleados más eficaces y eficientes dentro de un entorno que cada día que pasa es más competitivo.
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